AMAR A ESPAÑA Y A CATALUNYA
Amar a España y a Catalunya es dar un paso atrás para dar dos pasos adelante.
No ha llegado el día y la hora de declarar la independencia de Catalunya.
Independientemente de quién ha convocado la manifestación, de la posición política de cada uno, una, y del análisis que pueda hacer, nadie responsable y con dos dedos de frente puede ignorar la manifestación que recorre en este momento la Via Layetana de la Plaza Urquinaona a la Estación de Francia. Dar un paso atrás o tener cintura y mano izquierda suele dar siempre mejores resultados que obcecarse y tirar para adelante con el autobús cargado de gente sin querer ver que te puedes estrellar contra un muro de cemento armado o echarte al precipicio.
Para los súper puros y revolucionarios de la CUP y otros independentistas de ERC y de PDeCAT que piensan que ha llegado el momento, la oportunidad histórica, ahora o nunca, les quiero decir con todo mi respeto y cariño por poder ser la mayoría de ellos mis hijos y mis nietos, y recocerme en ellos en los años 60/70, los tiempos de plomo y silencio, paciencia, paciencia, paciencia, templanza, templanza, templanza, pedagogía, pedagogía, pedagogía, que no por más madrugar amanece más temprano ni llega antes el que más corre. No vayáis a perder todo lo que habéis ganado el 1-0 por una actuación apresurada y pasional. Hoy, visto lo visto y oído lo oído en boca de Felipe VI, Rajoy, Soraya y€ la declaración pacifica de Independencia de Catalunya más que una temeridad es prácticamente inviable.
Los bomberos pirómanos y sus palmeros incondicionales los neo franquistas encenderán España si es preciso con tal de seguir sometiendo a Catalunya. No les deis el gusto de suicidaros colectivamente, que ni EU ni Dios, fuera de la España democrática, culta, laboriosa y solidaria, acudirá en vuestro auxilio, y el precio que pagarán Catalunya y España no os permite daros el gusto de arrastrarnos a la piscina de los caimanes.
Diálogo, diálogo, diálogo
Diálogo, diálogo, diálogo, para la unidad en paz y libertad. Los anticapitalistas que sueñan con romper todas las cadenas y hacer la revolución de su anhelada independencia tendrían que volver a leer a Lenin a la luz del siglo XXI y en el contexto actual de correlación de fuerzas a nivel de Catalunya y de España, de Europa. Tendrían que comprender las leyes tan inhumanas como inexorables de los mercados y que crear empresa, riqueza y trabajo para mejor comer y vivir respetando el ser y los derechos inalienables del capital humano de toda empresa no es un pecado mortal, ni venial, tendrán que comprender aquello del análisis concreto de cada situación concreta, en su tiempo y espacio, y volver a leer; un paso adelante dos pasos atrás y el izquierdismo la enfermedad infantil del comunismo, dicho sea todo con el máximo respeto para los jóvenes iconoclastas del sistema, sabiendo que si hay que tomar en cuenta la memoria y experiencia de la edad, está, no siempre es garantía de certeza, y al final para bien o para mal es la juventud la que tiene el valor, tiene la fuerza, y el futuro en sus manos.
Tirad a fondo del freno y no os paséis, que las cartas están mal repartidas y si os obcecáis vais a perder el envite, el valor no excluye la vista y la prudencia, podemos y debemos unirnos en el sí de España y Catalunya sobre otras bases y pilares, los de una Catalunya Plural y una España Plurinacional y Federal en el sí de una confederación Ibérica. Pensad seriamente que vuestra declaración unilateral y precipitada de independencia nos pueden llevar a todos a tener que reiniciar el camino desde el kilómetros 0.
Si algo vale, es la pequeña piedra /que cae en el estanque / revuelve el cieno / y renueva el aire y nos ayuda a poner paz y cordura entre las partes para escapar todos, lo mejor posible, de esta locura a donde nos llevan unos y otros, por bemoles, tanto los nuevos salvadores de la Patria sin barcos, sin honra y sin palabras, como la porfía de quienes van cantando al martirio para tener su lugar en la historia de la Independencia de Cataluña.
Lluís Carulla, el empresario que amó a España y a Catalunya
Lluís Carulla, el empresario que amó a España y a Catalunya. En octubre de 1974 volví de París a Barcelona, llegué al Palau Dalmases, calle Montcada, n.º 20, la sede d´Òmnium y me abrió la puerta y atendió, Llibertat, ese era su nombre, luego vinieron dos entrevistas con Andreu Morta y la decisiva con Lluís Carulla i Canals en su casa de la calle Juan Sebastián Bach. Recorrí Catalunya durante un año promocionando su historia, su lengua y su cultura con Cultura en Ruta. Trate con asiduidad a Lluís Carulla, el empresario de éxito de Gallina Blanca que con Avecrem levantó el imperio de Agrolimen y al mismo tiempo ejerció su papel de gran mecenas de la cultura catalana a través de la editorial Barcino, la Fundación Jaume I, y esencialmente, como Co-fundador, alma y sostén l´Òmnium.
Carulla fue un águila y un león para los negocios creando empresas, trabajo y riqueza, personaje singular, ejemplo emblemático de como un empresario catalán supo defender sus propios intereses económicos de clase siendo consecuente al realizar sus sueños de amor por Catalunya y su gente, apoyando decididamente el renacimiento lingüístico y cultural, la identidad y dignidad de su amada Cataluña. Carulla fue y sigue siendo el espejo en el que deberían mirarse hoy todos los empresarios de Catalunya y de España.