Más que un horror es una vergüenza mundial, de la que TODOS somos y seremos víctimas inocentes y al mismo tiempo culpables por activa o por pasiva al mirar para otro lado y dejar hacer a TODOS los criminales descerebrados: de un lado HAMAS, en parapentes y bicicletas, prestos a inmolarse armados con sus cohetes de poco alcance y menos precisión, sus fusiles de asalto y metralletas, del otro las águilas imperiales con los halcones sin alma de Israel armados con sus cañones y tanques de última generación, sus bombarderos y cazas supersónicos, misiles inteligentes y armas de destrucción masiva y atómicas. Sabemos que no hay proporción ni comparación posible en un combate naval librado entre los cayucos y los barquitos de vela frente a los destructores y porta aviones nucleares. Sabemos que no son equiparables, aunque todos sean igual de horrendos y de mortales, los ataques de una banda de pirañas rabiosas y los de una legión de orcas asesinas, los de una jauría de dogos ciegos de odio y de rabia y los de diez divisiones de Tiranosaurios Rey.
Lo peor, es que somos unos irresponsables inconscientes al no querer ver lo que está ocurriendo a ojos vista y no alcanzar a comprender que el peor gobierno de Israel nos está sirviendo en directo la solución final del pueblo palestino, y como efecto colateral, el suicidio inducido moral y real de todo el pueblo judío. Mientras nosotros nos tomamos una cerveza con un perrito caliente o una tortilla de patatas en la barra del bar de la esquina o nos bebemos un buen Whisky escoces y sorbemos una coca cola con pajita en la terraza de un hotel de 5 estrellas. Asistimos a tal nivel de deshumanización y desmovilización colectiva de la ciudadanía y a tal grado de cinismo, cobardía y vileza de los líderes políticos -pinochos sin gracia- de las “democracias” de Occidente, que ya no existen ni la ONU ni los derechos humanos, y no hay piedad cristiana ni vergüenza propia y ajena, ni solidaridad ni dignidad ni el humano y vital afán de supervivencia ante la antesala del infierno que nos espera. Nada ni nadie es capaz hoy de avivarnos la conciencia y movernos de nuestra conformista posición y apatía, para salir en masa los ciudadanos libres y sujetos de derechos a la calle, tomando las plazas públicas y las anchas avenidas, levantando nuestra unánime y potente voz exigiendo el alto el fuego, y parar las guerras, por el derecho a nacer y vivir, crecer y morir en el Amor y la PAZ, todos los niños de Gaza y Jerusalén, de Palestina e Israel, de la madre Tierra.
Rafah (Territorios Palestinos) (AFP) – El flujo de hombres extenuados es interminable. Llegan a Gaza en pequeños grupos, demacrados. Algunos caen de rodillas exhaustos y todos quieren mostrar sus muñecas torturadas y el número que llevan atado al tobillo, estigmas de su detención en Israel. Primera modificación: 03/11/2023 – 15:56
Uno de los trabajadores palestinos devueltos por Israel a Gaza recibe ayuda tras desplomarse al llegar al paso fronterizo de Rafah, en el sur del territorio palestino, el 3 de noviembre de 2023 © SAID KHATIB / AFP
Tras ser «Nos metieron en un campamento que no era decente ni para los animales», denuncia. «Nos torturaron con electricidad, nos lanzaron perros», trabajadores palestinos muestran pulseras de plástico azul con números, que les fueron atribuidos mientras estaban detenidos en Israel, 3 de noviembre de 2023 © SAID KHATIB / AFP
Ante la injusticia y el horror del vesánico odio de los violadores de las rosas y asesinos de los sueños de la santa inocencia, y siendo consciente de que nos hallamos al borde del abismo, si no paramos de inmediato la escalada infernal de una guerra final, sin nombre y sin vencedores, si estalla el polvorín del próximo oriente, donde TODOS, pagaremos nuestra sordera y miopía política, insolidario e insólito pasotismo, nuestra insana CODICIA, letal ignorancia y cobardía disfrazada de discreción y de prudencia. Digo que no soy adivino, pero sé, que desgraciadamente si no actuamos de inmediato, se acaba el tiempo.
París 3 de noviembre de 2023
Olivier Herrera Marín Poeta,
empresario y trotamundos